Escena de Navidad, "Bienaventurados los que vienen"

Las ventas de Novica proporcionan al taller familiar de Alejandro un flujo de caja constante. Estas ventas representan casi la mitad de sus ingresos mensuales, lo que ayuda a asegurar su supervivencia. Los mercados y otros puntos de venta estacionales proporcionan ingresos suplementarios que contribuyen a sus gastos de subsistencia anuales. En los próximos años, Alejandro espera hacer crecer su taller y mejorar su familia aumentando sus ventas de Novica.

En la escuela de Ayacucho, Alejandro comenzó a aprender el arte indígena de la retablería andina. Buscando perfeccionar su oficio, fue aprendiz en el taller de Ángel Castro para aprender los secretos de un maestro retablista. A la muerte de su maestro, Alejandro fundó su propio taller. Allí comenzó a incorporar las figuras modeladas de su esposa a sus tradicionales retablos. Hoy los sobrinos de Alejandro son sus aprendices y su taller familiar continúa elaborando sus amados retablos, que relatan la cultura y las tradiciones de los Andes.

A un año de cumplir 50 años, Alejandro y su esposa adoptaron un hijo y una hija (José y Carol) de su ciudad natal. Hoy Alejandro continúa brindando educación a sus hijos y a su nieto, quien se unió a la familia en 2018. Su hija Carol estudia contabilidad y su hijo José está en la academia de policía.

Alejandro Chávez ha recibido 4 microcréditos con 0% de interés de Kiva y Novica, el primero por $800 y el más reciente por $1100. Los beneficios se utilizaron para invertir en la compra de materias primas como yeso, cerámica, madera contrachapada y pintura.

Este artista se esfuerza por satisfacer sus necesidades básicas o las de su familia y mejorar su sustento.